Siempre con buen olfato (y mejores prácticas).

La Manada

SalesforceDog empezó de la forma menos planeada posible.
Un humano cansado de reuniones eternas, de procesos que no llevan a ningún lado, y de ver cómo se complica lo que debería ser sencillo.
La idea era clara:
hacer que un CRM funcione de verdad.
Sin humo, sin palabritas vacías, sin slides que prometen el oro y el moro.
Y en el camino aparecieron tres ayudantes de cuatro patas.
No saben de Apex ni de integraciones,
pero tienen algo que muchos proyectos no:
olfato para detectar problemas,
lealtad para quedarse hasta que todo esté en orden,
y esa energía que te empuja a no abandonar cuando el código no compila.
Así nació SalesforceDog:
un equipo de un humano y tres perros que creen en lo mismo:
trabajar con instinto, foco y honestidad.
Si querés soluciones que funcionen… acá estamos.


MAXI

Mi nombre es Maxi, soy el fundador de SalesforceDog, con más de 6 años metido de lleno en el mundo Salesforce.
Especialista en Sales Cloud y Service Cloud, con experiencia en automatización de procesos complejos, ya sea a puro Apex o aprovechando al máximo Flows y Visual Flows.
He trabajado en proyectos exigentes, con tiempos acotados y bajo presión, manteniendo siempre la calma y la sonrisa (bueno, casi siempre). La clave: aplicar las mejores prácticas de desarrollo, esas que garantizan que lo que se construye hoy siga funcionando mañana.Además, cuento con amplia experiencia en integraciones de sistemas, tanto consumiendo servicios externos como diseñando y exponiendo APIs REST propias en Salesforce, asegurando comunicación fluida, datos consistentes y procesos automatizados de extremo a extremo.Lo mío es transformar problemas complicados en soluciones claras y escalables, sin humo y sin rodeos.


PITA

Pita: La más seria del equipo. Ella se encarga de que todo esté bajo control y en su lugar… aunque, siendo sinceros, está mucho más atenta a que nadie se acerque a sus huesos enterrados o a su plato de comida.Es la guardiana de la manada: siempre pendiente, siempre vigilante. Si algo se mueve fuera de lo normal, Pita lo detecta primero. Eso sí, cuando confía en vos, también es la primera en darte una mirada que transmite calma y ternura.Le gusta dormir cerca del equipo mientras trabajamos, como si con su sola presencia garantizara que todo marche bien. Y aunque nunca lo admitirá, también es la que más disfruta cuando llegan las visitas y recibe una caricia extra.En resumen: Pita mantiene el orden, protege lo que es suyo y, de paso, nos recuerda cada día la importancia de cuidar lo que realmente vale.


ARTURO

ARTURO

Arturo: El más veterano del equipo (aunque todavía se cree un cachorro). Su trabajo principal es anunciar la llegada de cualquier cliente, vecino o pariente. Traducción: ladra como si estuviera defendiendo el último hueso del planeta.Al principio, los nuevos le caen mal por default. Política interna de la empresa, dice. Pero si le das una caricia, cambia de bando más rápido que un político en campaña.Con sus muchos años encima, todavía tiene energía para andar de reunión en reunión… aunque siempre deja claro que él es el que decide cuándo se termina la junta (normalmente cuando se queda dormido en medio del asunto).En resumen: es gruñón, desconfiado y fiel. Un verdadero filtro de calidad. Si Arturo no confía en vos, mejor revisá tu estrategia.


OREO

ARTURO

Oreo es el benjamín de la manada. Cachorro, inquieto y lleno de energía, su principal función es recordarnos que el día arranca cuando él lo decide. Apenas el sol asoma, ahí está ladrando la alarma natural más puntual que vas a conocer.Su especialidad es manejar los tiempos de recreación. Para Oreo, “recreo” no es un descanso normal: consiste en armar persecuciones épicas por la oficina mientras alguien intenta quitarle la media, la zapatilla o la servilleta que decidió robarse como trofeo. En su mundo, la diversión siempre empieza cuando alguien grita: “¡Agárrenlo que se lleva otra cosa!”Tiene un defecto encantador: le cae bien todo el mundo. Sí, hasta esos clientes con los que nosotros todavía dudamos si deberíamos cerrar trato. Pero bueno, nadie es perfecto: está en proceso de capacitación intensiva para diferenciar a un buen prospecto de alguien que solo viene a pedir descuentos.

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No muerdo (los perros tampoco).
Escribime y vemos si podemos ayudarte a que tu Salesforce deje de dar dolores de cabeza.

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